¿Estás seguro de que eliges los productos adecuados para el cuidado de la piel de tu rostro? Además del tipo de piel y los signos de envejecimiento (arrugas, pérdida de firmeza), es importante conocer tu tipo de envejecimiento (morfotipo), ya que cada uno de ellos requiere un cuidado específico. ¿Cómo conservar la juventud en cada uno de los morfotipos? De esto hablamos en nuestro nuevo artículo.
Cansado
El rostro de este morfotipo por la mañana luce fresco y descansado, pero por la noche, cuando aparecen los signos de fatiga y edad, se vuelve triste y algo agotado. Este tipo de «rostro cansado» se considera el morfotipo más favorable para el envejecimiento y responde bien a cualquier cuidado cosmético. Los principales signos del envejecimiento incluyen disminución de la firmeza y elasticidad de la piel, caída de las esquinas de los ojos y labios, empeoramiento de la calidad de la piel, tono apagado, aparición del surco nasolagrimal y del pliegue nasolabial.
¿Cómo prolongar la juventud?
El modelado facial con rellenos (preparados a base de ácido hialurónico), biorevitalización, mesoterapia, PRP-terapia, masajes, cuidados y peelings son métodos efectivos de rejuvenecimiento para este morfotipo. También son útiles los tratamientos de cosmética con aparatología, como la limpieza facial al vacío HydraFacial, termolifting por infrarrojos y el rejuvenecimiento con láser.
Arrugado
Otro nombre para este tipo es «manzana asada». Así suelen envejecer las mujeres que tienen poca grasa subcutánea. Entre los signos principales se encuentran: piel seca, aparición temprana de finas arrugas faciales (especialmente en la frente y alrededor de los ojos), arrugas peribucales (alrededor de la boca) y falta de volumen. Con el tiempo, el rostro de estas mujeres empieza a parecerse a una manzana asada.
¿Cómo prolongar la juventud?
A las mujeres con un morfotipo arrugado les ayuda el uso de toxina botulínica. Normalmente, son rostros pequeños y secos sin grasa subcutánea. No tienen bolsas de grasa que puedan caerse o desplazarse, por lo que no experimentan grandes hundimientos. La biorevitalización también es muy efectiva; basta con tratar ciertas áreas y las arrugas se vuelven menos visibles.
Deformante
Este tipo de envejecimiento se caracteriza por la hinchazón de los tejidos faciales y la flacidez, especialmente en el tercio inferior del rostro. No se presentan muchas arrugas ni trastornos de pigmentación debido a que la piel es densa y a veces porosa. Algunas mujeres pueden tener enrojecimiento en las mejillas debido a la dilatación de los vasos sanguíneos (cuperosis). Este tipo de envejecimiento se manifiesta principalmente en mujeres con una complexión robusta y tendencia a la ganancia de peso. El exceso de grasa subcutánea en el rostro conduce a una deformación notable de los contornos faciales, formando papada, bolsas bajo los ojos y pliegues en el cuello.
¿Cómo prolongar la juventud?
Los productos de cuidado deben estar orientados a estimular la síntesis de colágeno, restaurar la elasticidad y tensar la piel, reducir la visibilidad de las arrugas y acelerar la renovación celular. También son efectivas las técnicas de modelado de volumen, la plástica de contorno, el lifting con hilos y los tratamientos con aparatología.
Muscular
En este tipo de envejecimiento, los músculos faciales están bien desarrollados y hay poca grasa subcutánea. Los rostros «musculares» envejecen lentamente: las arrugas finas prácticamente no aparecen, la piel se mantiene firme por mucho tiempo y el contorno facial se conserva definido hasta la vejez.
Los signos más destacados son las comisuras de los labios caídas, los párpados caídos y los pliegues nasolabiales pronunciados. Además, con la edad, los rasgos faciales se vuelven más toscos. Con este morfotipo, el rostro no cambia por mucho tiempo, pero luego la piel se vuelve como pergamino.
¿Cómo prolongar la juventud?
En el caso del envejecimiento muscular, los tratamientos con aparatología son efectivos: drenaje microcorriente, radiofrecuencia (RF-lifting), que puede reducir la grasa subcutánea. Después de estos procedimientos, observa los resultados: si notas mejoras en dos meses, continúa; si no ves cambios, prueba con otras técnicas.